jueves, 23 de mayo de 2013

Como fortalecer la Relación entre el Gato y el Hombre

Quizás es porque en los tiempos de los egipcios  eran adorados junto con los faraones. Y esa tradición continúa. El gato de hoy día mantiene ese "no se qué", ese aire de rey aunque viva en la calle. Y es esa actitud lo que lo hace difícil de entender pero irresistible a la vez.
No permitas que esa actitud detenga tus deseos de adoptarlo . El gato es cariñoso y está listo para ser tu mascota. Pero su manera de llegar a tu corazón es diferente. Y una vez llega ahí, se quedará contigo para siempre. Eso te lo garantizo.
Los lazos que nos unen a nuestras mascotas viene de amor incondicional. Ellos nos quieren tanto como los queremos nosotros. Y nos demuestran ese amor dependiendo de su especie. 
Muchos no piensan en gallinas como cariñosas, pero en mi casa tuvimos una que venía cuando la llamabas y se dejaba acariciar. Todo está en la forma que los tratas y en entender que cada especie animal es diferente. El gato no es la excepción.
Para empezar, el Gato no es un perro. Una de las razones por la que muchas personas hablan negativo sobre los gatos es porque siempre han tenido perros como mascotas y como el gato no actúa igual lo ven como antisocial. El gato no vendrá a ti cuando tú quieras. Pero sí se acurrucará contigo en el sofá a disfrutar tu película favorita.
El comportamiento del perro se basa en una sociedad comunal, todos siguen al líder y necesitan de esas direcciones para sobrevivir. El perro te ve a ti como el líder de la jauría. El gato vive independiente y caza solo. No necesita a nadie por naturaleza. Pero una vez se adapta a su vida entre humanos, se vuelve parte de la familia.
Adaptación es la clave: Una de las razones por las que el gato se ha convertido en la mascota más popular en el mundo es su poder de adaptación . Esto lo ayuda a vivir según el dueño prefiera. Si te gusta que el gato te acompañe siempre, el gato se adapta a eso. 
En cambio si prefieres estar solo y tener al gato sólo como otro ser independiente en casa, también lo hará. No te pide constante atención. Va según tu corriente lo indique. Esta es su manera de irte conociendo mejor y actúa según la situación.
Una buena adaptación comienza con un entrenamiento y una rutina constante.
Dificultad: Normal
Tiempo requerido: Cada gato tiene su tiempo

Como:

  1. Los gatos se adaptan fácilmente a nuevos ambientes. Pero para que su adaptación vaya a la par con tu estilo de vida, su entrenamiento debe incluir una rutina constante y especializada. A los gatos les gusta la rutina, como por ejemplo saber cuándo es su hora de comer y dónde está su caja de arena. Esto les da seguridad.
  2. Mantén a tu gato encerrado en su cuarto por unos días. Sea gatito o gato adulto, es necesario este tiempo de conocer su territorio poco a poco. Ese cuarto o espacio será su refugio, su lugar seguro. Visítalo y juega con él muchas veces al día, así te verá como alguien confiable mientras se van conociendo. Verás su verdadera personalidad.
  3. Déjalo en su espacio por el tiempo que él quiera. El mismo te indicará si está listo para salir de su cuarto. Si crees que está listo, sólo deja la puerta entreabierta y observa. Puede que salga corriendo de la primera y decida conocer el resto de su nuevo hogar, pero también puede que sólo saque su cabeza por la puerta y regrese a su esquina favorita. Recuerda que cada gato es diferente y aunque algunos se adaptan en sólo par de días, otros necesitan semanas hasta sentirse seguros y salir de su territorio.
  4. Una vez salga y se sienta seguro en el resto de tu casa, puedes ir poco a poco colocando sus platos de comida y agua y la caja de arena en áreas designadas por ti.

    Trucos:

    1. A los gatos les encanta esconderse. Lugares difíciles de llegar y oscuros son sus favoritos. Si tu gato ya está adaptado y conoce bien tu casa, déjalo que duerma su siesta en su lugar favorito, sabes que saldrá cuando tenga hambre. 
      Pero si todavía es gatito, trata de cubrir esos lugares remotos y oscuros. Muchas veces saben como entrar ¡pero no como salir de su escondite!

    Lo que necesitas

    • Espacio reservado para tu gato
    • Paciencia
    • Tiempo
Cariños cuando menos te los esperas: Observa a tu gato en esos días que no te sientes bien. Tu gato sabe cuando estás enfermo o triste y su actitud cambia a una más cariñosa y afectiva. De repente lo ves que se acomoda contigo en la cama o pasa su cabeza en la tuya. 
Esto se debe a que el gato conoce lenguaje corporal . Es así como se comunican cuando viven en colonias. Y poco a poco va aprendiendo el tuyo. Es por esto que tu minino sabe tu estado de ánimo y cuándo necesitas un poco más de atención y cariño.
Nunca obligues a tu gato a interactuar contigo. Cuando el gato se sienta cómodo en su nuevo ambiente, irá a ti. El forzarlo antes de que esté listo puede tener resultados negativos cambiando al gato a uno tímido y antisocial. Dale su tiempo. Deja que te conozca a su manera.
El gato no mueve la colita para indicar que está contento. Sutil hasta la muerte, sus manifestaciones de afecto son muy diferentes.
Pestañear: Conocido como el beso felino. Usualmente el gato mantiene su mirada fija y sin pestañear ante posibles enemigos o al conocer gente nueva. El darte una mirada relajada y pestañear significa que se siente seguro y confía en ti. Es su manera de darte un besito de cariño.
Permitir que tú lo peines: El gato no se deja tocar por cualquiera, mucho menos dejarse peinar. El lograr hacerlo es otra manera que indica confianza.
Rozar su cabeza en tu cuerpo: Tu gato tiene glándulas de olor en su cara. Al rozar su cara en tu cuerpo no sólo está dejando su olor en ti y marcan dote como parte de su territorio, también significa afecto.
Marchar: De los cariños más hermosos. El gato presiona sus patas delanteras rítmicamente como marchando encima de ti. Es la manera que extraen leche de las mamas de su madre al ser pequeños. El hacerlo de adulto contigo significa que te ve a ti como su mami.
Enseñar su barriga: Un gato que se vire y enseñe su barriga es un gato que confía plenamente del lugar donde se encuentra. Enseñarte su barriga es señal de afecto y suma confianza. Pero no porque la enseñe quiere que la toques, el tratar de tocarlo puede llevar al gato a cambiar su estado de ánimo a uno defensivo.
Jugar y peinarlo son buenas tácticas para fortalecer tu relación con el gato. Como al gato le encanta la rutina, trata de que las sesiones sean siempre a la misma hora. Pero cambia los juguetes de vez en cuando para mantenerlo estimulando y activo. Todos nos aburrimos haciendo lo mismo todos los días y aunque tu gato ama la rutina también le gusta que la rutina tenga un nuevo reto.
Jugar con tu gato es un pasatiempo divertido, pero además es necesario y debe formar parte de su rutina diaria. Si tu gatito es joven, el jugar lo ayuda a liberar energía que de seguro tiene de más. Es importante en esta etapa enseñarle a jugar con los juguetes indicados, léase NO jugar con TUS manos. Mientras más rápido le enseñes que tu cuerpo no es juguete mejor será la relación entre ambos (y salvarás a tus manos de muchos rasguños).
En cambio si tu gato es adulto o mayor, el jugar no sólo lo ayuda a sentirse joven, también ayuda a tener un peso adecuado . Muchas veces al llegar a su etapa adulta el gato se vuelve más tranquilo y deja de moverse. Si no estás pendiente a su dieta, puede que llegue a ser un gato sobrepeso trayendo consigo enfermedades como la diabetes o artritis.
El jugar estimula en tu gato su instinto de cazador. Recuerda que antes de ser domesticado, el gato vivía salvaje y cazaba para comer. Eso lo lleva por dentro. No lo dejes ganar muy fácil, el minino disfruta el proceso de cazar. Claro, al final debes dejarlo capturar su presa o no entenderá el juego.
No coloques todos los juguetes a la vista del gato, manténlos en lugares escondidos. Si los ve muy a menudo perderá su curiosidad hacia ellos y te verás en la tarea de buscar nuevos entretenimientos.
Disfruta estos momentos con tu gatito. Tu relación se volverá más fuerte y aprenderás a conocerlo mejor.Aquí una lista de algunos juguetes para divertirte con tu gato:
Háblale a tu gato: Aunque cabe la posibilidad de quedar conocido como el loco del barrio, el hablarle a tu gato es algo muy normal. Por supuesto que el gato no entiende todo lo que le dices (aunque puede aprender hasta 20 palabras), pero tu lenguaje corporal y la entonación que le das a ciertas palabras lo hace entender lo que quieres decir. 
La mejor parte es cuando te contesta y crea conversación . Tus vecinos jamás lo entenderán pero no importa.
De la misma manera que nosotros tenemos una voz, un acento, una manera específica de vocalizar nuestros sentimientos, tu gato tiene su propia voz y lenguaje. Cada maullido puede significar algo diferente y aprender a entenderlo es tan divertido como frustrante. He aquí unos ejemplos:
Miau: El más conocido. Dentro de ese sonido hay miles de variaciones como el dulce y suavecito, utilizado mayormente por la mamá gata hacia sus gatitos, el sostenido logrado alargando las vocales, el silencioso que no es escuchado por los humanos pero sí por otros gatos, hasta el ¡MIAUUUU! fuerte y ensordecedor que sale de su boca cuando se acerca la hora de comer.
Un dato curioso es que maullar es una característica de gatos domesticados. Los gatos salvajes no maullan entre sí. Se piensa que continúan sus miaus porque te ve a ti como su madre o padre.
El rompe noches: Esos maullidos que parecen gritos de humanos utilizados por los gatos cuando están listos para pelear ya sea por territorio o época de apareamiento. Siempre sucede cuando estás profundamente dormido.
Castañear los dientes: Este usualmente ocurre cuando su instinto depredador se activa y el gato ve la posibilidad de ataque.
Gruñir: Parecido al rompe noches pero en tonos más bajos. Es señal de que tu gato está enojado o asustado. Suele añadir algún sssssssss para mayor impacto. Nuestra recomendación es dejarlo tranquilo.
Ronrroneo: Ese prrrrr significa que tu gato está feliz y relajado. Una vez activado, puede cambiar de velocidad dependiendo de su estado de ánimo. También ronrronean las gatas mientras están pariendo o cuando cuidan a sus recién nacidos.


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